SUELOS ARCILLOSOS
De hecho, se usa para este tipo de actividades gracias a una de sus mejores características, que es fácil de manipular, más cuando esté húmedo (aunque no demasiado, porque recordemos que no deja pasar el agua) y, una vez realizado la forma que nos apetezca, la arcilla seca conservará esta forma, de modo que resulta muy útil para hacer vasijas, recipientes y otro tipo de elementos como es habitual ver en alfarería.
No todos los suelos arcillosos tienen las mismas características en lo referente a la pesadez, a la impermeabilidad en el mismo grado y a la dureza al secarse, pero sí suelen tener un mal drenaje. Esto se transforma en un serio problema en las zonas bajas, que es donde se acumula más agua.
Esto es perjudicial para cuando queramos usarlo para el cultivo, pues la mayoría de las plantas se pudren en estas condiciones, es por eso que hay que controlar el riego, para que no se encharquen. Pero más adelante hablaremos sobre esto mismo que os adelanto.
Características de los suelos arcillosos
Una buena característica es que por su almacenamiento de minerales, no requieren tanto abonado, y al realizarlo se puede hacerlo de una vez, se pierde mucho menos fertilizantes que si fuera uno arenoso, en que tienes que repartirlo en más oportunidades. En el caso de los nitratos, se lavan en ambos tipos de suelos arenosos y arcillosos.
Un truco muy recomendado para saber identificar si se trata de un suelo arcilloso consiste en coger una buena cantidad de este suelo: si podemos manipularlo con facilidad como lo haríamos con un chicle, estamos ante un suelo arcilloso.
Podemos llegar a conseguir grandes bolas de este suelo, así como tiras de arcilla, pues se trata de un elemento de fácil moldeado que nos recordará también a la plastilina. En realidad, como digo, es muy fácil reconocerlo precisamente por esto que os comento.
Como característica importante que considero recordar aquí es que el suelo en sí es impermeable, precisamente por estar compuesto por estas partículas de arcilla, por lo que cuando se moja, al no permitir la entrada de agua, el suelo arcilloso quedará como embarrado. Sin embargo, una vez seco, tendrá la apariencia de un suelo árido, debido a las grietas que observaremos en él, pero no los confundáis, ya que solo comparten este aspecto de su apariencia al secarse.
De nuevo, incluso seco, si lo tocamos, veremos que no “se rompe”, que es suave, no como sucedería con los suelos áridos, que se descompondrían en trozos pequeños de “tierra seca”, y al final, en partículas arenosas. Para saber identificarlos y distinguirlos, esto lo debéis tener muy claro.
El suelo arcilloso para el cultivo
Para el césped, hay que eliminar el “fieltro” , que es una capa fina
de 2 ó 3 cm. que se forma en la superficie del suelo con los restos de hierba
y raíces y se hace impermeable. Esto dificulta que el agua llegue
abajo. Lo ideal es eliminar estas hierbas realizando escarificados, como
mínimo una vez por año, en la primavera.
Ahora bien, habrá que
tener en cuenta que cuando quedan húmedos (tras una noche de lluvia o
tormentas), al no permitir que el agua penetre en él como os he estado
explicando, esta agua quedará retenida en la superficie formando
charcos. En este caso, habrá que realizar drenajes con
el fin de que el agua estancada no llegue a pudrirse y, como
consecuencia, las plantas que hay en el suelo arcilloso también lo
hagan.
Una vez aclarado bien que es necesario el drenado de los suelos arcillosos
cuando éstos han sido sometidos a grandes cantidades de agua, vamos a
incluir una serie de plantas que se conservan bien en este tipo de
suelo. Por ejemplo, plantas como la menta o el nogal son propias para suelos arcillosos.
En ambos casos, se trata de plantas aromáticas, aunque en el caso del
nogal, es un árbol mucho más socorrido que la menta, ya que su madera es
usada en carpintería y sus frutos son comestibles.
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